HAMBRE HOMBRE HERRUMBRE

Monstruosamente oscuro, con la superficie rugosa y áspera, con la actitud ladina y solapada del acecho, merodea sin horas.
Levanta sus pasos para dejar la huella. Señal clavada en almas inconclusas de habitantes inciertos.
Hambre. Hombre. Herrumbre.
Imagino un horizonte distante y puntos hormigueando gotitas de cristal para contruir las fuentes.
¿Cuántos fueron? Si es que son. ¿ Acaso la ignorancia es existencia? ¿Qué pasa con mis pies que no atinan andar? ¿Supiste que el azar de los días será para todos mañana, o no querrás?
Alimaña. Serpiente. Fantasma. Hambre. Herrumbre. Hombre - Hambre.
Convertite. Aléjate, Morite. Déjame. Déjalos. Andate.¿Esto es hoy? o esta siendo? ¿Lo leí? o fue? ¿Qué nos pasa? Rebuznar del tiempo. Panfleto. Bochorno. Vergüenza.
Monstruosamente oscuro, con la superficie rugosa y áspera, con la actitud ladina y solapada del acecho, merodea sin horas. Levanta sus pasos para dejar la huella, señal enclavada en almas inconclusas de habitantes inciertos.
Las mariposas despreocupadas revolotean jugueteando con el rayo de luz. Danzas diferentes componen un escenario variado de colores y formas. Diferencias que son matiz y tamaño. Despreocupación que se antepone al alerta.
Los pétalos alfombran sus cruces de avenida multicolor. Siento el aroma y se incorporan en mi, augustas canciones de luz.
El animal agazapado; escondido tras la sombra del espinillo, miraba deleitándose. Observaba el ritmo de la pena lenta que avanzaba hacia el horizonte. No todos eran iguales. Unos eran animales otros bestias. Unos eran de azúcar, otros de miel. Collar de diferencias. El animal agazapado desconocía su consistencia, creía en la ignorancia. Sostenía las espinas para mejor ver. Prepara su atropello; triunfo en la derrota como bestias de azúcar y animales de miel.
Quiero gritar sus nombres. Quiero frenar el dolor.
Quiero que me mires, pensemos, sintamos algo parecido al pudor.
Mezclemos lágrimas con risas, unamos luces y amor. No respires. Pensemos. No mires. Hablemos. Escucha que vuelan aves, huele su canto al pasar.
Volvamos....., dicen que hay que recordar. ....
Aplastadas; pesadamente las mariposas marcaron su delirio de sueño y dolor.
El agazapado liberó su salto y un calidoscopio fugaz rodeó los espinillos, ofreciendo imágenes voluntariamente marcadas por la historia y el sudor.
Mueren aquí y ahora tantas mariposas por minuto, que cualquiera de nosotros puede hacerse una túnica con sus alas; tantas...., como para poder cambiarnos de vestimenta cada día. Así nunca nos daremos cuenta de cuántas menos vuelan para nuestro solaz.
Apagué la imagen, no tenía sentido hacerme la túnica, no tendría ocasión para usarla.
Quiero cerrar los ojos. El corazón se apura a latir. Galopa. No hay tiempo. Las mariposas vuelan a mi alrededor. ¿Las viste? Son como las tuyas. Iguales. Bailan el mismo olor.Apagué la imagen, no tenía sentido pensar en las mariposas. Otro día, cuando quieras, nos sentamos y con piedritas en el suelo perfilamos sus alas. Algún día en otro momento, les damos una serenata.
Late el corazón muy rápido. Deben ser las mariposas que vistiendo en la túnica, ofrecen su ardor.
La bestia dormida, satisfecha de azúcar y de miel, estiró su camino incorporándose en el aire. Todo es uno, fundido espejo de imagen hoy.
Observo el hacer y comparto su espacio buscando salida armoniosa para un espectro que es invasión de luz. Que es negación de oscuridad. Que es defensa de la fuente y sustento esencial.
Grito. Es tiempo de dolor.
Vivirlo es la condena, porque las mariposas no vuelan como yo.
NA
Esto fue escrito hace más de 20 años, producto de una escucha radial sobre Somalia.
Hoy es mi tierra la doliente, y el mismo texto vigente me cruza las entrañas.

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