Quizás Algunos

Difícil olvidar cuando es presencia, que recuerda la ausencia del deseo.
Abrazando la caricia mullida, me dejé ir por el curso cálido de momentos añejos. Era necesario reconstruir la alegría para transitar el próximo invierno.
Mi sombrero caminó cansino hasta el perchero. Una lágrima rebotó en la piel pidiéndole a la mano su consuelo, y el respaldo fue sostén de borbotones que entre sonrisas y ayes circundaron la mente.
El tiempo, instante eterno, me arropó en sus ideas y fuimos uno con tu imagen perfilada en el brillo de la hendija cómplice que permitía el pasaje hasta mi pecho.
Concluí que quizás alguien pueda desoír las voces que nos llegan desde el centro. Quizás pudiste. Pero es difícil sortear el camino que entre risas y estertores hemos de pisar sin saberlo.
Pensé que recoger el estandarte de los tiempos, treparlo a alguna nube y hacer con esto un recorrido eterno, era un desafío. Pero era cierto.
Podría subir a cada celaje una sonrisa y a cada cúmulo un aproximación, un arpegio.
Escuchar la música disonante que clamando rearmarse en pentagramas compuestos, buscaba su lugar en óperas de existencia. Composición y conjunto de individualidades armonizando entre corcheas y sueños.
Habría que mutilar tantas dudas, construir imágenes con retos, desafiar los silencios, acallar las pérdidas obligadas y eternas. Perdonar nuestras sombras, estrenar jubileo de ilusiones extremas. Encontrar en el otro la estampa de lo bueno. Acordar el amor de distintas espinas en un mismo collar brillando en los aciertos.
Derrotar voluntades oscuras que dejan a la luz escarnio y yerros.
Construir sobre la piedra, modelar la pupila para acertar la forma y el matiz, sus tenues y sus plenos. Horadar la oscuridad y el viento.
Transgredir las siluetas marcadas ayer por múltiples arenas propias y ajenas. Imponer lo esencial a la negación y al espejo.
Rebotar en la mezquindad del centro y pensar en conjunto, mitigando la soledad en la danza de remolinos que conforman el cauce axial y complejo. Recorrer el sendero sin saber que esta siendo.
Abracé la caricia mullida y supe que todo era, sin poder vencerlo.
Supe que así toma sentido el abrazo, la caricia y es sustento.
Amé la posibilidad y en lo posible, amé el encuentro.

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